Autora: Nidia Represa
Alumna de Psicología de la Universidad Camilo José Cela.
Autora de “Bajo mi Piel”. Autora del blog:nidiaenlared.blogspot.com
Uno de los mayores problemas que se tienen a la hora de
detectar un caso de acoso o ciberacoso escolar es descubrir cuándo termina de
ser una simple broma entre compañeros y se convierte en violencia verbal.
Muchas veces, ni siquiera los profesores son capaces de diferenciar los
límites, lo dejan pasar, y es ahí cuando empieza el problema de verdad. Así
será como de comienzo la ponencia, descubriendo cuándo las bromas se convierten
en armas.
Para poder ayudar mejor tenemos que saber cómo se siente el
adolescente acosado y lo que piensa a la hora de tomar las decisiones en una
situación estresante como en la que se encuentra. Nos meteremos en su mente y
descubriremos por qué tiende a ocultar lo que le está sucediendo, por qué no se defiende de los acosadores y los
motivos que tiene para seguir adelante sin pedir ningún tipo de ayuda. Cientos
de pensamientos desbordan su cabeza y entre ellos se encuentran las
explicaciones por las que actúa como lo hace.
El acoso y ciberacoso escolar traen una serie de
consecuencias, síntomas que nos pueden ayudar a detectar lo que está sucediendo
dentro del aula. Algunos son difíciles de diferenciar, pero hay otros que son
más fáciles si conoces con anterioridad a la persona que lo sufre; la bajada en
el rendimiento académico y la repentina facilidad para contraer enfermedades
son algunos de ellos.
También veremos los cambios comportamentales y conductuales
que sufre un acosado. Está constantemente bajo mucho estrés, la ansiedad y la
sensación de alerta provocan que, en un ambiente más distendido, explote por
dentro y tenga repentinos brotes de ira. Será más prudente, precavido, siempre
estará pendiente de los que le rodean por si hubiese alguna amenaza y la autoestima
estará tan baja que ninguno de sus logros le parecerá suficiente. Si estos
comportamientos no desaparecen en algún momento, puede llegar a desembocar en
la pérdida de uno mismo.
Un punto muy importante a tener en cuenta es el después.
Existen diferencias entre lo que sucede durante el acoso y lo que sucede una
vez alejado de los estímulos dañinos, a veces nos encontramos que esta etapa es
mucho peor que la anterior, es el momento en el que el acosado puede llegar a
su límite psicológico y es por esto mismo por lo que tenemos que tenerlo muy en
cuenta.
Y por último hablaremos sobre las secuelas del daño
psicológico recibido. Hay diferentes patologías y psicopatologías que se pueden
desarrollar a causa del acoso o ciberacoso escolar; por supuesto, se pueden
curar, pero siempre se quedan ciertas costumbres, como puede ser el examinar
varias veces una calle por si te encuentras con los que te hicieron daño.
Después de algo así su lucha más dura será reintegrarse en una sociedad de la
que no se fían.
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